corazón formado con las páginas de un libro
Motivación

El poder del conocimiento.

Conforme voy avanzando en mi proceso de sanación, me voy dando cuenta de que el conocer al «enemigo» ayuda muchísimo.

Al principio leía testimonios de mujeres supervivientes, que contaban su experiencia y yo me veía reflejada. Eso me ayudó a abrir los ojos, y darme cuenta de lo que yo había vivido no eran «paranoias», era real.

Una realidad que es mucho más habitual de lo que pensamos.

varios interrogantes, dos iluminados

El conocer las vivencias de otras mujeres, me llevó a buscar el youtube vídeos que hablaban sobre el maltrato psicológico. Ahí descubrí varios psicólogos que explican qué es, cómo se «ejecuta», cómo enfrentarte a ello… Y conforme más sabía, más entendía por lo que cada vez era más consciente de que «yo no estaba loca».

Parece una tontería, pero conocer a tu enemigo te da un cierto poder, ya que aprendes que su comportamiento forma parte de una estrategia urdida para anularte y «tenerte segura».

Es como cuando vas al médico y éste te da un diagnóstico. Una vez sabes el diagnóstico, elige el tratamiento que más te conviene. En el tema del maltrato psicológico es lo mismo. Si sabes porqué hace tal cosa, actúa de tal manera, o dice ciertas expresiones, te ves más preparada a enfrentarte a él.

cerebro encadenado

Forma parte del proceso, porque tú te vas haciendo más fuerte conforme vas sabiendo cómo actúa. Te ayuda a prepararte a reaccionar, e incluso aprendes estrategias (lo que sería el tratamiento) para que poco a poco ya no te afecte nada de lo que te diga o de lo que te haga.

Llega un momento en el que dices… vale, ahora tocan los lamentos. Ok, ahora vienen los insultos. Venga, a ver qué capítulo de sus invenciones me suelta hoy… Y, sin darte cuenta, ya estás alejándote de su influjo, ya no le das ese poder que le dabas con tu miedo.

Y creedme, llegará un día en el que realmente os sentiréis libres y tranquilas, entendiendo que siempre hay que tener una pequeña alerta siempre activa, pero no por miedo, si no por precaución. Como dice mi psicóloga, como en cualquier ámbito de la vida. Y ahí, ahí está la libertad. ¡Ahora podemos empezar a volar!

mujer libre

Bueno, yo lo defino como «reaprender» a volar, ya que durante tantos años te han estado convenciendo de que no vales para nada, que eres una paranoica, que estás loca… que cuesta dejar atrás esos pensamientos. Pero se puede. Recordad, querer es poder, y no estamos solas, entre todas nos ayudamos y nos damos ese empujoncito para seguir volando alto. ¡Volver a ser felices!

Martina.

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