flor rosa en un jarrón

Hola. Soy una mujer que durante cinco años vivió una relación tóxica, que, aunque hoy ya tengo asumido que sufrí maltrato psicológico… aún me cuesta considerarme «víctima».

Llevo ya un año de terapia y he descubierto que mi maltrato empezó prácticamente desde el día en el que lo conocí. Sufrí tal «lavado de cerebro» que no pude ver las alarmas que saltaban en mi cabeza. No soy psicóloga ni nada parecido, pero en mi terapia y en mi camino de recuperación, he aprendido muchas cosas y eso lo que quiero compartir en este blog.

Me costó mucho tiempo tomar la decisión de dejarlo, de marcharme y de luchar por mi felicidad. Entre otras cosas porque tardé demasiado tiempo en ser consciente de lo que estaba viviendo. Pero ha sido la mejor decisión de mi vida.

cartel 016

Cuando un día, desesperada y ya al borde de cometer una locura, llamé al 016, empecé a ver un poquito de luz dentro de ese pozo tan profundo en el que estaba metida. Ahí empezó un largo camino, lleno de altibajos, de logros y de pasos atrás…

La primera vez que fui a ver a la asistenta social, estábamos varias mujeres en la sala de espera. Yo estaba en un estado de shock enorme, con muchísima ansiedad, llorando… Una de esas mujeres, sin conocerme de nada, me dio un abrazo y me dijo… «Tranquila, el paso más difícil ya lo has dado». Y ese abrazo significó tanto para mi, me ayudó tanto esa mujer sin, a lo mejor, ser consciente de ello, que me he lanzado a contar mi experiencia por si le puede servir a alguien.

manos de amigas entrelazadas

Cuando algo en tu cabeza empieza a ver que hay cosas que no están bien, que no eres feliz, que tu pareja te hace sufrir, te grita, te humilla, te menosprecia, incluso te agrede. Solo el hecho de planteártelo ya es una señal que debes atender. Mi testimonio es mi experiencia, mi camino. Tanto si has sufrido violencia de género y lo has «superado», si te estás planteando si tu relación es una relación sana, si tienes una amiga/familiar de la que sospechas que algo pasa… solo espero que alguien al leer mi testimonio se anime a dar ese paso y pedir ayuda. No estamos solas, no lo olvidéis.

No es de cobardes pedir ayuda, ¡al contrario!, es de ser muy valiente.

¡Bienvenidas y gracias por leerme!

Martina.