Recuerdo como si fuera ahora cuando en el 016 me hicieron ver que estaba siendo maltratada. Yo les decía desesperada… ¡pero si no me ha pegado! Y me hicieron ver lo que es el maltrato psicológico.
La huella que deja este tipo de maltrato no es visible en cierta manera. No te deja moraduras ni heridas aparentes. Pero el daño emocional y moral que produce es terrible. Y como es más «lento» y más continuado en el tiempo, llega hasta lo más profundo de tu ser. Por eso es complicado hacerle ver a una persona que está siendo maltratada psicológicamente…
Debo decir que el estrés, la ansiedad, la depresión… que son enfermedades mentales derivadas de ese maltrato, al final se somatizan y tienen visibilidad física. El cuerpo, cuando ve que no haces caso a las señales psicológicas que te manda, empieza a desarrollar patologías físicas, a ver si así le escuchas.
Entre otras cosas, os cuento lo que me pasó a mi:
- Dificultad para hablar, se me olvidaban las palabras o las mezclaba.
- Comer de forma compulsiva.
- Eczemas.
- Tics nerviosos.
- Alopecia areata (primero se me caía el pelo a puñados, luego me apareció una calva considerable).
- Contracturas brutales cada vez más contínuas que necesitaban de pinchazo y ni aún así.
- Desajustes con la regla.
- Pérdida del deseo sexual.
- Obsesión con los ruidos.
- Migrañas constantes.
- Problemas de visión.
- Déficit extremo de vitamina D, anemia…
- Y muchas cosas que en ese momento no atribuía a qué era debido, pero con el tiempo he sabido que son todo a causa del estrés y la ansiedad.
A parte de esto, las secuelas psicológicas, que son muy duras. Reconstruirte después de que te han despedazado es un proceso complicado, pero no imposible. Es muy importante tener en cuenta que cada caso es diferente, y que cada persona necesita su tiempo.
Lo que jamás hay que hacer es forzar las situaciones. Eso da una respuesta totalmente negativa en la víctima y la hace volver a esconderse en su caparazón. Hay que estar ahí, escucharla, acompañarla en su camino… pero sobre todo sin presión.
Por eso no me cansaré de repetir lo fundamental que es la ayuda profesional. Sin mi psicóloga no sé qué habría sido de mi. Ella me da las pautas, me escucha, resuelve mis dudas, me aclara conceptos que tengo yo hechos un lío… Me hace abrir los ojos y ser consciente de millones de cosas. Y, lo principal, me ayuda a reconectar con mi yo interior, a perdonarme, a comprenderme… Y a que mi luz vuelva a brillar.
El éxito es mío, pero sin ella y sin mis amigas/os no habría sido capaz de seguir avanzando.
Muchas situaciones de maltrato psicológico no se denuncian porque no tienes partes de lesiones (aunque tengas partes de urgencias por ataques de ansiedad y el personal pertinente te haga una pericial que certifique las secuelas).
A pesar de todas las pruebas que tenía ya de por sí que demostraban el acoso, las coacciones, las amenazas, las injurias… Tenía pánico a lo que venía tras la denuncia. Y le tenía miedo a él.
Te sientes juzgada tú. ¿Cuántas de nosotras no hemos dicho… yo no aguantaría eso o yo haría lo que me diera la gana? Ay amigas… Ya os lo he comentado alguna que otra vez. Yo pertenecía a ese grupo. Estaba convencida de que jamás soportaría que un chico me dijera lo que debía de hacer o me faltara el respeto… pero son unos maestros de la manipulación. Y caí. Y me destruyó.
¡Pero aquí estoy!
Con este post solo quiero daros ánimos a aquellas que estáis pasando por algo así. Buscad ayuda. ¡No estáis solas! Si no sabéis dónde o a quién acudir, aquí me tenéis. Haré todo lo que esté en mi mano por acompañaros en vuestra búsqueda de «libertad» y en el proceso de sanación. Somos guerreras y demostraremos que nadie puede con nosotras.
Ya sabéis que podéis escribirme a Contacto o en https://twitter.com/amor_sano_
Un abrazo fuerte y ¡gracias por leerme!
Martina.
[…] es que, como os conté el otro día en Maltrato psicológico. el sufrimiento que estás padeciendo (sin ser consciente de ello, de verdad os digo que yo me […]