Después de estas semanas de bajón, y tras una serie de acontecimientos, he decidido que ya es hora de dejar de perder el tiempo y retomar la filosofía del «carpe diem».
Hoy estamos aquí, pero mañana no lo sabemos, así que hay que aprovechar cada minuto que nos regala la vida para disfrutar y hacer las cosas que queremos hacer.
Es por eso que me voy a declarar «egoísta». Sí, egoísta. Quizá no suene muy bien, pero voy a dedicarme a mi, a hacer lo que yo quiero hacer, a mirar por mi, a quererme, a disfrutar… y a dejar de mirar tanto por los demás.
Han sido demasiados años abandonándome y convirtiéndome en una marioneta. Demasiado tiempo en el que han anulado (o me he dejado anular) mis ideas, mis opiniones, mis aficiones… Así que ha llegado la hora.
¿Lo conseguiré? ¿O no? Sinceramente, me da lo mismo. Voy a intentar disfrutar del trayecto. Creo que me lo merezco.
Desde luego valoraré opiniones y consejos asertivos, ¡para eso están! Ya me equivoqué una vez desoyendo a aquellas personas que me quieren bien. Pero me voy a marcar unos objetivos, y voy a ir a por ellos. Algo en lo que me sienta bien, sea feliz, me devuelva mi esencia.
Ojo, y hablo tanto de proyectos personales como laborales. No sé si ya estoy preparada para «enfrentarme» a la gente. He vivido tanto tiempo recluida en una cueva que socializar me da pánico. Pero si no lo intento, no lo sabré jamás. Y prefiero la alegría de haber dado un paso, aunque luego no salga bien, que el ni siquiera intentarlo.
Tengo pánico a las tormentas, y el otro día hubo una muy gorda aquí en mi ciudad. Pues con una amiga a la que también le pasa lo mismo, estuvimos con el móvil en la mano comunicándonos todo el rato para superar esa tormenta. Y como ella me dijo… enfrentarnos a la tormenta (entendedme el concepto jejeje) ya ha sido un paso de gigante.
Así pues, lo voy a aplicar a todos los aspectos de mi vida. A los que he «perdido», a los que estoy recuperando, a los que estoy adquiriendo de nuevas.
Y no tendré miedo al fracaso, solo me fastidiará el no intentarlo. Y al final, seguro que sale bien. Sobretodo será un proceso de crecimiento personal que creo que necesito. Esa luz que alguien quiso apagar está luchando por volver a brillar con toda su fuerza. Y yo voy a alimentar esa luz para conseguirlo.
Sé que el camino no va a ser fácil, pero también pensaba eso cuando me fui de casa para salir de esa relación tan dañina y aquí estoy. Puede dar la sensación de que no he avanzado mucho, pero si miro en mi interior, la evolución ha sido brutal.
La semana que viene tengo cita con mi psicóloga, que es la que me hace ver que así es, y la que me termina de dar ese empujoncito para que me lo crea. Con ella, con mis amigas y amigos que NUNCA me han dejado (¡y eso que no se lo he puesto nada fácil!) y la de mi familia, que son los que me aguantan día a día, sé que lo voy a conseguir.
Os animo a que luchéis por vuestros sueños. Es como una especie de rebeldía ante lo que nos han hecho creer en una relación de maltrato… «¿que no era capaz de hacer qué? Pues coge sitio y mírame…»
Tened siempre que HAY QUE PERMITIRSE LOS DIAS MALOS, los bajones, y que no todo va a ser perfecto. Pero hagamos que esos tropiezos y esas imperfecciones se conviertan en un aprendizaje para seguir adelante, al igual que lo estamos haciendo en nuestro proceso de sanación.
¿Quién se apunta? ¡Contadme vuestros planes! Contacto y https://twitter.com/amor_sano_ están esperando vuestras historias (de modo totalmente anónimo y confidencial)
¡Fuerza guerreras!
Martina.
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