Lo siento.

Ya sé por qué llevo tres meses sin saber nada de mi ex. Se ha echado novia, y necesito decirle a esa chica que LO SIENTO. Desde luego para mí es lo mejor que podía haber pasado, pero no puedo evitar sentirme mal.

Ojalá contigo sea diferente, ojalá haya cambiado de verdad. Pero debo decirte que andes con pies de plomo.

Por lo que sé está usando la misma táctica de ir a toda velocidad en el proceso de la conquista. Imagino que te habrá hablado de mi. Te habrá contado cualquier cosa para justificar que fuera yo la que le dejara. A sus ojos seré una loca, una mentirosa, una mala persona…

A mi también me mintió sobre su ex. Ella sí lo había denunciado, pero según él fue una denuncia falsa (y ahora sé que no fue así). Yo no lo he denunciado y por eso debo pedirte perdón. Pero el miedo que tenía a lo que venía después de la denuncia por lo que él mismo me decía en sus amenazas y coacciones hizo que no diera el paso. Y porque gracias a ti me dejó en paz. Pero hasta el mismo momento en el que te conoció seguía martirizándome con sus correos y llamadas. Y te prometo que estaba decidida a denunciarle ahora que ya estoy más fuerte.

Pero desapareció, y en sí eso era lo que yo quería y necesitaba.

Ahora veo que está contigo, que en apenas un par de meses ya te ha presentado a su familia y te presenta como su novia. Te habrá «vendido la moto» de ciertas cosas que yo también me creí, y resultaron ser una farsa y una fantasmada.

Estás conociendo a su «tarjeta de visita». Es el hombre perfecto, cariñoso, comprensivo, generoso… El hombre herido por la pérfida de su ex para que tú sientas la necesidad de cuidarle y protegerle. Te hará regalos cada dos por tres, te prometerá el oro y el moro, se venderá como un super héroe. Y también como una víctima de sus ex (que tanto daño le hemos hecho… ja), y tú eres la única que le entiende y has tenido la suerte de conocerle.

Irá todo tan rápido que no te darás cuenta de nada. Vivirás en un mundo ideal. En un estado de enamoramiento tal que no te dejará darte cuenta de cómo te va manipulando, de cómo te va «captando».

Repito, ojalá me equivoque. Ojalá sea verdad que ha aprendido de la experiencia de nuestra separación. Pero yo no fui la primera con la que tuvo ese comportamiento, y creo que ni la segunda ni la tercera…

Solo te pido que tengas cuidado. Que no permitas que te aparte de tu círculo, ni que te haga cambiar tu forma de ser y de relacionarte con los demás. Ojalá no te haga daño. Deseo que no te humille ni te haga sentirte pequeña.

Sé fuerte. Mantente firme. Párale los pies cuando veas que se pasa de la raya. Deja claro todo desde el primer momento. No cedas a sus deseos solo por no hacerle enfadar o por miedo a que te deje.

No le creas cuando lo veas todo tan perfecto. La perfección no existe, ni las casualidades tan exactas tampoco.

Al principio tendréis los mismos gustos, las mismas aficiones, pensaréis igual, habréis pasado por una situación calcada… ¿No es extraña tanta coincidencia? A mí me llamó la atención, pero estaba tan metida en su tela de araña que en seguida aparté ese pensamiento de mi cabeza.

Si seguís, con el tiempo verás que no es así, irá cambiando de gustos y de opinión cada dos por tres, y cuando tú le digas ¿no decías esto? Lo negará y te dirá que son imaginaciones tuyas. A las semanas volverá a cambiar de opinión y dirá que siempre pensó así, y tú ya dudarás de ti misma y pensarás que igual lo entendiste mal.

No dejes que te grite, no aguantes sus desplantes. No creas jamás que su comportamiento violento, agresivo y dañino es por tu culpa. Sé fiel a tus principios. Mantén tu esencia. No dejes que te engulla.

Quiere tu luz, y no parará hasta absorberla por completo. Y cuando te quedes sin luz, te machacará. Y puede que incluso te de un pequeño espacio para que te recuperes para volver a hundirte. NO LO PERMITAS.

De verdad que lo siento, siento que hayas caído en sus garras. Pero a la vez deseo con todo mi alma que lo que yo he vivido no lo vivas tú.

No sé si alguna vez sabrás quién soy, y espero que jamás pienses en si de verdad yo soy tan mala como él te dice.

Yo intenté buscar a su ex para conocer su verdad, porque descubrí que todo lo que me había contado era mentira. Ojalá hubiera podido saber en su día que lo que yo viví no era por mi culpa, si no que es su patrón de conducta con sus parejas. Aunque hubiera sido tarde, pero más vale tarde que nunca.

Te pido perdón una vez más, porque, ojalá no sea así, pero siempre me voy a quedar con la espinita de que, por no haberle denunciado, sigue actuando impune.

Ojalá contigo sea todo diferente.

¡Cuídate mucho!

Martina.