De repente llegas a un punto en el que te planteas si realmente eres feliz, si quieres seguir así el resto de tu vida. Durante mucho tiempo te han hecho creer que eso es lo normal, que «quien bien te quiere, te hará sufrir»… y no, eso no es así.
A mi me prohibió hacer muchísimas cosas, pero nunca de forma directa, siempre era tan sutil que al final yo me creía que hacía lo correcto. No pude realizar muchas cosas. Me alejó de mis amigos, de mi familia. Hizo que mi luz se apagara, que no me reconociera en el espejo, que me convirtiera en una sombra de lo que fui. Eso me cerró puertas a las que hoy en día, luchando por salir de ese pozo, veo que se van volviendo a abrir..
El amor sano es compañero, es libre, se construye, se cuida, ayuda a ser mejor persona y no te hace sentir miedo, ansiedad ni angustia.
¿De verdad te resignas a estar con una persona que te hace sufrir? ¿Ya has tirado la toalla? ¡Nunca es tarde para dar el paso y salir de una relación que te hace daño!
Aprendí que si te mienten debes irte, que no debo rogar para que se queden conmigo, que nunca más debo pedir permiso para hacer las cosas «cotidianas», que no debo conformarme con unas migajas cuando a mi se me exige todo.
Quédate con la persona que muestre interés, que te escuche mil veces aunque le cuentes lo mismo, que haga tus días grises más coloridos, que te elija todos los días y no a ratos. Quédate con la persona que sepa quererte.
El amor no duele. El amor debe ser sano.
