Ya en la formación que realicé de «Conocer para ayudar ante la violencia de género» hablamos sobre las relaciones entre adolescentes y jóvenes. Y no dejo de sorprenderme de los comportamientos que siguen viendo como «normal». Incluso justifican ataques de ira y agresiones (no hace falta pegarle un puñetazo directamente a la cara, si golpeas la pared por no darle a ella, es igual de malo). Me asusta, de verdad.
Pensaba que después de tantos años y tantos avances (y los que quedan) en este campo, muchas actitudes estarían más que superadas. Pero no, todo lo contrario.
Lo comentábamos entre nosotras y también con el formador que es educador social y da charlas y formación en los institutos. Y yo lo veo día a día en mi localidad. ¿No hemos aprendido nada?
Y ya no solo son experiencias personales, hay multitud de estudios y encuestas recientes que amparan esto que os comento:
- http://www.injuve.es/observatorio/familia-pareja-e-igualdad-de-genero/la-violencia-de-genero-en-los-jovenes
- https://violenciagenero.igualdad.gob.es/violenciaEnCifras/estudios/investigaciones/2015/pdf/Libro20_Percepcion_Social_VG_.pdf
- https://observatorioviolencia.org/estudio-la-situacion-de-la-violencia-contra-las-mujeres-en-la-adolescencia-en-espana/
- https://www.newtral.es/encuesta-violencia-genero-adolescentes-menores/20201001/
- http://www.cje.org/gl/en-que-trabajamos/mujer-joven/actividades-y-campanas-del-cje/el-consejo-de-la-juventud-de-espana-contra-la-violencia-de-genero/
- Sobre todo el uso de los móviles y las redes sociales acrecienta este maltrato en las adolescentes https://www.youtube.com/watch?v=ub9rWnmiq_g
- https://www.youtube.com/watch?v=nuet5WZKe6w
Podría poner cientos de enlaces a estudios, a vídeos que hacen los propios adolescentes dentro de las campañas de concienciación que se hacen en los institutos… Pero esto es sólo un ejemplo.
Diariamente veo como las chicas se «emocionan» cuando su novio tiene celos… ¡Cuánto me quiere!. Cuando le «exige» que esté sólo con él y no salga con sus amigas… ¡No puede vivir sin mi!. Cuando le dice lo que se tiene que poner… ¡Lo hace por mi, para evitarme problemas con otros chicos y que las chicas no me tengan envidia!…
Os prometo que estos comentarios los oigo a día de hoy en grupos de jóvenes.
El otro día aún vi un rayo de luz cuando dos chavales estaban hablando entre ellos. Uno le decía al otro que tenía que dejar que su novia saliera con sus amigas. Que era una persona, no un perro. Le aconsejaba que debían tener espacios independientes…
¡No todo está perdido! Pero al a vez esto es una señal de que las campañas y la concienciación no funcionan, no calan esos mensajes.
Y lo que os comentaba de las redes sociales y los móviles. Control constante por whatsapp. Exigirle fotos de dónde y con quién está. Pedirle que le de las contraseñas de su móvil y RRSS… Tratarla mal delante de los demás para demostrar «quién es el que manda»…
Es horrible de verdad, a mi se me cae el alma a los pies. Y lo peor es que muchas de estas chicas son conscientes de lo que está pasando. Pero no dicen nada por miedo, por vergüenza, porque no las dejen, por no «quedar mal»…
Aquí entramos en juego nosotras como sociedad, y aplicar lo mismo que os comenté con una mujer maltratada. No agobiarlas, no presionarlas. Escucharlas, estar con ellas, acompañarlas… Tenderles la mano para cuando ellas estén preparadas para cogerla. Y, sobre todo, si vemos que algo ya traspasa la línea no esperar a que sea ella la que de el paso. Eso lo tengo ahora más claro que nunca. El día en que, Dios no lo quiera, vea a una amiga/familiar/conocida con una señal de un golpe y sepa que ha sido su pareja, o con un ataque de ansiedad por una situación violenta que acaba de pasar… ese día seré yo la que llame al 016. Ellas sabrán aconsejarnos, hablarán con ella y entre todas podremos ayudarla a poner fin a esa situación.
Nuevamente hay que hacer foco en la EDUCACIÓN y en la FORMACIÓN. Y en nosotras, las adultas, está el papel del ejemplo. Ayudemos a nuestras jóvenes para que de una u otra forma las nuevas generaciones puedan vivir en igualdad y sin violencia.
Un abrazo enorme a todas mis guerreras, mayores y pequeñas.
Martina.