Muchos días me pregunto por qué soy yo la que tengo que andar como escondiéndome… Al final sigo pareciendo yo la culpable de todo y eso me hace sentirme mucho peor.
Para evitar que mi ex me siguiera llamando, escribiendo, controlando… y poder aplicar El contacto cero. soy yo la que tengo que:
- Cambiar de número de teléfono.
- Hacerme otras cuentas de correo electrónico.
- Evitar ir por ciertos sitios para no encontrármelo.
- Mirar hacia atrás.
- Justificarme.
- Ir a terapia.
- Seguir tratamiento psiquiátrico.
- Llorar hasta que los ojos duelen.
- Reconstruirme.
- Reaprender habilidades sociales.
- Perder el miedo a salir a la calle.
- Intentar confiar en la gente.
- (edito para añadir dos más, una muy importante) «Perder» a la familia política por el contacto cero.
- Tener que eliminar mis redes sociales (que las tenía de toda la vida, y he perdido un montón de fotos y recuerdos) para que no me localice.
Y como estas situaciones, mil más. Mientras mi ex hace su vida normal y, cuando ha encontrado a otra «víctima» (espero que no lo sea, Lo siento.) ya me ha dejado en paz, pero no puedo evitar sentir miedo a encontrármelo. Y sigo trabajando en mi proceso de Sanación.
En estos momentos me «alegro» de no haber denunciado, y, por favor, espero que me entendáis. Con esto no quiero decir que no hay que denunciar, ¡todo lo contrario! Sólo que, en mi caso, si hubiera denunciado, habría sido peor. En sus amenazas ya me dejaba claro lo que pasaría si le denunciaba, y yo sabía que le daba igual todo. Como bien decía, «no tenía nada que perder». Y el proceso habría sido mucho más duro para mi. De hecho, cuando el acoso seguía y ya había hablado con mi psicóloga y la abogada para denunciar porque la situación parecía no tener fin, y a mi me estaba machacando… Desapareció.
Casualidad o no, pero ahí dije… lo dejo estar. Evidentemente, en el momento en el que otra vez vuelva a la carga, ahora que me siento mucho más fuerte, no lo dudaré ni un instante.
Pero me sigue dando rabia que sea yo la que tenga que andar escondiéndome como una delincuente cuando YO NO HE HECHO NADA MALO. Simplemente dejar a una persona que me estaba haciendo mucho daño. ¿Os habéis siento así también?
Me gustaría que me contarais cómo gestionáis estos momentos porque de verdad, me vuelve la culpa y no, no somos culpables de nada.
El otro día lo vi. Fue de refilón, yo iba en el bus y él estaba en la puerta de un bar (qué raro…). El vuelco que me dio el corazón y la ansiedad que me entró fue horrible. Y más cuando estaba en la localidad de al lado de la mía, un sitio en el que él, en teoría, no debería estar porque nunca hemos ido, pero bueno, es libre de ir donde quiera.
Esto hasta hoy sólo lo sabía mi mejor amigo, que fue al que le escribí corriendo para contárselo, y él consiguió tranquilizarme. Pero de verdad, han pasado casi dos años desde que me fui de casa y lo dejé, un año y medio desde que nos divorciamos, y poco más de un año desde que lo vi por última vez… ¿Hasta cuándo voy a vivir con esta ansiedad?
Con mi psicóloga he trabajado mucho el momento en el que, Dios no lo quiera, me lo encuentre. Pero aún así, hasta que no se de el caso, no sé cómo voy a reaccionar ni qué va a pasar.
Sé que no debo anticiparme a las situaciones, que debo estar tranquila. Tengo las herramientas para gestionar ese momento. Simplemente debo saber aplicarlas. Y estar tranquila. NO ESTOY SOLA, hay muchas personas que nos apoyan, nos protengen… Pero sigo con esa sensación de angustia. Unas veces es mayor, y otras apenas perceptible.
Quiero que llegue el día en el que pueda sentirme LIBRE de verdad, sin miedo. ¿Lo conseguiré?
Contadme, por favor, necesito saber que sí se puede. Podéis escribirme a Contacto, dejar un comentario aquí en el post o a través de mi cuenta de https://twitter.com/amor_sano_. ¡Me ayudaríais mucho!
Un abrazo enorme a mis guerreras.
Martina.